La noticia sería que los Backstreet Boys van a tocar el martes 3 de marzo en el Luna Park, pero primero habría que aclarar que los Backstreet Boys todavía existen. Excepción a la regla: en general, las boy bands -bandas de chicos- son un negocio efímero: un par de discos, un par de giras y, cuando empiezan a oxidarse los engranajes de la máquina de facturar, adiós y buena suerte. Pero ellos ya llevan más de quince años juntos: sobrevivieron a las drogas, al alcohol, a los proyectos solistas, a los litigios pecuniarios. Quedan cuatro -Kevin Richardson se fue del quinteto original- y están lejos del furor adolescente que despertaban en los buenos viejos tiempos, pero están. La pregunta es cómo están.
"Un poco mareado, me estoy recuperando de una gripe y todavía no ando del todo bien", responde literalmente A.J. McLean, del otro lado de la línea. Junto a Howie Dorough y Nick Carter, él fue uno de los primeros tres reclutados en 1992 por el empresario Lou Pearlman para formar un grupo a imagen y semejanza de New Kids on the Block. Después se sumaron Richardson y Brian Littrell, y esos cinco adolescentes que casi no se conocían emprendieron una intensa convivencia, que dura hasta hoy. "Cuando estás tan cerca de un grupo de personas durante tanto tiempo, a veces no querés verles la cara y tenés ganas de alejarte por un rato", admite McLean entre toses y carraspeos. "Pero la relación ha ido creciendo. Ahora nos conocemos, sabemos cómo son nuestros buenos días y nuestros malos días, sabemos cómo hacer sonreír a los demás. Somos familia, somos hermanos".
Como en toda familia, cada uno de ellos ocupó un rol. A McLean le tocó ser el díscolo, por look -cambios de color de pelo, tatuajes, uñas pintadas de negro, barba candado- y por comportamiento: en 2001, los Backstreet Boys suspendieron una gira para que él hiciera un tratamiento de desintoxicación de alcohol y drogas. "Tuvo que ver la presión y el hecho de que no me conocía a mí mismo. Cuando te volvés tan famoso en tan poco tiempo, tendés a olvidar quién sos en realidad, no te ves fuera de lo que hacés para vivir y te sentís perdido. Pero lo superé: el tiempo pone todo en su lugar. La rehabilitación me hizo muy bien. Por eso les diría a colegas como Amy Winehouse que deben empezar a cambiar sus principios. Pese a lo que ella canta -en Rehab ironiza sobre el tema-, debería empezar a pensar en ir a rehabilitación. Ella es muy buena, pero se convertirá en basura si no empieza a hacer las cosas bien. Yo ahora estoy más calmado; ya no soy el chico malo de la banda".
¿Y el grupo? ¿Habrá experimentado algún cambio en lo musical? ¿Siguen siendo abanderados del teen pop o ya se los puede llamar Backstreet Men? "Nuestro estilo no cambió, pero evolucionamos musicalmente: somos mejores cantantes, músicos, productores. Tenemos mayor independencia que antes, aunque seguimos trabajando con productores y compositores. Ahora estamos trabajando en un nuevo disco que va a sorprender. De todos modos, sabemos que siempre hay espacio para seguir creciendo. Nunca le vas a gustar a todo el mundo; no estamos ahí para que todos nos amen. Que nos llamen como quieran... siempre que nos llamen".
Por Gaspar Zimerman
Todas sus visitas a la Argentina
En abril del 2001 vinieron por tercera vez para tocar en River. Un centenar de chicas acampó desde varias semanas antes en los alrededores del estadio: un panorama que difícilmente se repita ahora en el Luna Park.
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The BackStreet Boys - Bad Boy's Universal.